jueves, 1 de octubre de 2009

Una vez más, la Presidente puja al enfrentamiento entre argentinos.

Nota de Opinión, Cjal Edgardo Lobos.

Ahora me pregunto, ¿Cómo se hubiera ganado el voto universal sino por medio del pueblo movilizado? ¿Cómo se hubieran conseguido los derechos sociales sino por medio del pueblo movilizado? ¿Cómo se hubieran conseguido los derechos de los trabajadores sino por medio de la movilización del pueblo? ¿Cómo hubiera existido un 17 de Octubre sino por el pueblo movilizado? ¿Cómo hubiéramos obtenido el derecho al voto femenino sino por medio de la lucha y la movilización del pueblo? ¿Cómo se hubiera terminado con la dictadura militar sino por el hartazgo y la movilización del pueblo? ¿Cómo hubiéramos recuperado la democracia sino por la movilización y la decisión del pueblo? ¿Como hubiéramos nacido como Nación sino por la movilización del pueblo?

Ayer, en la Provincia de Córdoba, la Presidente de la Nación dijo “Tenemos que terminar de promover a la organización para impedir el ejercicio de los derechos de los otros”. Según mi parecer la Presidente incurre en varios errores. En principio, esta bien que el pueblo se organice, la historia demuestra que el pueblo organizado bajo una misma bandera nos condujo a logros trascendentes para nuestra vida como Nación. Un pueblo unido bajo la búsqueda inclaudicable de sus derechos, es un pueblo indómito para un poder que lo pretende pasivo, atado a la voluntad oficial. Un pueblo pasivo, es un pueblo estanco, atado a sus propios límites y condenado a perecer.
En segundo lugar, las manifestaciones, los piquetes, las huelgas, los paros son fruto de la indignación, producida por el derecho violado.
Señora Presidente, en Argentina, desde hace años los derechos de todos están siendo violados. ¿Acaso, la pobreza, la indigencia, el desempleo, la crisis sanitaria, las falencias del sistema educativo, la inseguridad, no son violaciones a nuestros derechos, los de todos los Argentinos? ¿Qué pretende?. ¿Que sigamos como corderos mansos rumbo al sacrificio? Esta en la condición humana la preservación y la autodefensa. Es imposible, roza lo quimérico, pensar que el pueblo puede permanecer inerte frente la violación de sus derechos.
Usted, primero, debe garantizar los derechos humanos básicos y luego exigir.

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