Eduardo Tagliaferro. Crítica de Argentina
“Ahora va a aparecer la lluvia de encuestas del poder diciendo que estamos terceros para que ustedes voten entre uno u otro peronismo”, alertó Elisa Carrió a los bonaerenses que ayer colmaron el microestadio del Club Lanús. La advertencia de la candidata del Acuerdo Cívico y Social fue en línea con los discursos de Ricardo Alfonsín y Margarita Stolbizer, que la precedieron en el uso de la palabra. Para casi todos los dirigentes del espacio, su fuerza viene creciendo a ritmo sostenido en el interior de la provincia –aseguran que marchan primeros– y en el conurbano, donde dicen que se están acercando al Frente para la Victoria, que según los sondeos difundidos en los últimos días cosecharía la mayoría de votos.Acompañados por Gerardo Morales, primer orador en el acto de ayer, los candidatos del Acuerdo Cívico no sólo coparon el microestadio del Club Lanús sino que además interpelaron al peronismo. No fue en cualquier lugar sino en las tierras en las que el PJ pudo mostrar un dominio excluyente de la mano del caudillo –ya fallecido– Manuel Quindimil. No por casualidad, por la mañana, la misma localidad había sido elegida por los candidatos del PROperonismo para una actividad de campaña. La guerra de encuestas es una historia conocida. Carrió recordó que en el 2007, la anterior elección presidencial, los encuestadores aseguraban que su fuerza tendría entre el 10 y el 12 por ciento. “Terminamos sacando el 27 por ciento y nos tuvieron que hacer fraude”, explicó la candidata. La manipulación de los sondeos, para Carrió, tiene una clara explicación política, además de inducir el voto hacia quien encuestadores y medios de comunicación instalan como probable triunfador: “El régimen quiere a alguien parecido a Néstor Kirchner”, dijo. Por si algún distraído no había interpretado sus dichos, subrayó que “a la Argentina corporativa no le gustan ni los decentes, ni los transparentes, ni los republicanos”.Todos los discursos apuntaron a captar la voluntad del electorado peronista y desnudaron la complicidad de los dirigentes del partido fundado por Juan Domingo Perón en el actual deterioro de las condiciones de vida de las poblaciones del conurbano. Para Alfonsín, en los finales de los 80 el peronismo boicoteó el gobierno de su padre para dar comienzo “a la revolución conservadora” que desde Carlos Menem se extendió hasta nuestros días. Vaticinó que así como en 1983 Raúl Alfonsín tuvo el acompañamiento de muchos peronistas, ahora el Acuerdo Cívico tendrá “el voto de muchos que en su casa tienen la foto de Perón y de Evita”. Además de subrayar que su fuerza política está a pocos puntos del Frente para la Victoria en el Gran Buenos Aires, Alfonsín, tuvo el lapsus de decir: “Desde luego”, la muletilla que inmortalizó su padre. El rojo y blanco de las banderas radicales, predominantes en el acto, se mezclaron con las del GEN de Stolbizer, con las celestes de la Coalición y los estandartes que identificaban a los peronistas en el espacio electoral. La edad promedio de los cerca de 2 mil concurrentes al acto oscilaba entre los 35 y los 40 años. Dominaban los vecinos de la zona, un dato que quedó en evidencia cuando Stolbizer agradeció al club y una gran mayoría se puso de pie para batir sus manos. Stolbizer destacó que la elección bonaerense se define en el conurbano no sólo por el peso numérico del distrito sino por que en ese territorio “viven los principales estafados de los últimos 22 años de gobiernos peronistas”. La lluvia de papeles celestes y blancos bañaron a los candidatos que saludaron juntos con sus manos en alto.
miércoles, 3 de junio de 2009
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