Ayer entré en la Santos Vega

“una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra”.Gabriel García Márquez
Me hubiera gustado que la actividad de la Santos Vega de ayer durara mucho más. Me hubiera gustado poder detenerme en cada chiquito que me crucé en esos pasillos. Como la nena que la increpó a Lilita, libre de todo rollo y le dijo simulando a Néstor en Gran Hermano: “¿Qué te pasa, Lilita?, ¿estás nerviosa? Una real maravilla los niños. Los de la Santos y los de todos lados.Nací en La Tablada hace 32 años, convivo con villas desde siempre (la Godoy, la Jabonera, las Antenas, la Santos Vega) pero sólo en el último tiempo ingreso a ellas. A veces lo digo con pudor, a veces con orgullo. Muchos hermanos viven allí. Hermanos cargados de nuestros estereotipos a los que hundimos en la soledad y a los que todo les cuesta infinitamente más (aunque no paguen impuestos y se cuelguen de la luz). Hermanos que necesitan, como todos, darles de comer, educar, curar a sus niños y tener un trabajo y una vivienda digna. Con nuestro abandono aparecen los que nunca abandonan a los pobres: los que les traen planes, les venden droga, los prostituyen, los que reclutan a los jóvenes para el delito. Los abandonamos y los condenamos. “Algo habrán hecho” para estar así, frase 100% argento.Ayer entré a la Santos Vega con Lilita, Stolbizer, Toty Flores, Lobos, Soledad y Lasarte. Un lujo. Un placer que casi me pierde del olvido en el que viven esos hermanos. Allí reciben diariamente visitas de políticos incluso algunos viven allí. Los punteros. No voy a arengar sobre las “bondades” del PJ en el conurbano porque ya todos sabemos mucho sobre eso. Todos sabemos: algunos miramos y otros vemos. 26 años de Democracia. 26 años de PJ en el gobierno en La Matanza y todo sigue igual, “progresistamente” peor. Es casi una regla de tres simple, muy simple. Estamos dispuestos a comprometernos con ellos pero la responsabilidad la tienen otros. Dicen que la oposición no propone. La oposición propone pero no paga los platos rotos de 26 años de destrucción y genocidio. El camino es muy largo pero ya empezamos a caminarlo y a cambiarlo.
Romina Greco
Militante del ARI en la CC Matanza